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jueves, 21 de marzo de 2019

Tutorial de caligrafía. Versal decorada

Hola amotinad@s! Volvemos con la primavera (y en el mes de las mujeres) con un tutorial sencillito para aprender a hacer una versal decorada. Más que caligrafía es lettering porque, aunque trabajemos con plumilla y gouache, hay más de dibujo que de escritura. Hoy viajamos a la Edad Media.



Antes de empezar con el tutorial, tenemos que disculparnos por este tiempo de "silencio". Han pasado meses desde la última entrada en el blog... Y no, no hemos dejado la caligrafía ni hemos desaparecido. Hemos seguido formándonos con los mejores (Keith Adams, Massimo Polello, Yves Leterme, Joan Quirós...). Aunque eso os lo contaremos otro día.

En un curso con Laia Soler e Ingrid Marqués practicamos un poco esto de las versales decoradas. Aunque no somos expertas, creemos que es una buena opción para enseñaros cosas diferentes, para que os atreváis a probar.

Tirando de manuales de caligrafía, la versal lombarda o mayúscula gótica es un tipo de letra ornamental que se utiliza casi exclusivamente como letra capital para decorar el comienzo de secciones o versos de los manuscritos iluminados.
Ya os avisamos que esta vez se trata más de dibujar que de escribir, así que el primer paso es dibujar la letra con lápiz.



Podéis encontrar modelos de este tipo de letras mayúsculas en muchos archivos digitalizados disponibles en Internet, como por ejemplo el de la Biblioteca Nacional francesa: Gallica.

Una vez estemos satisfech@s con el dibujo, lo repasamos con plumilla de punta fina y nogalina bastante diluida; cuanto más clarita mejor porque así la tapará luego el gouache. La que yo usé es un poco oscura, pero bueno, me sirvió.


Una vez seca la nogalina, borramos el lápiz. Y llega el momento de empezar con la pintura. Hacemos nuestra mezcla de gouache con un poquito de agua y unas gotas de goma arábiga (IMPORTANTE). Y rellenamos la letra con un pincel. Mi mezcla quedó un poco clarita (por lo visto no era el día de acertar proporciones). La idea es que la versal quede opaca y no translúcida.


Normalmente las versales suelen ser azules o rojas, aunque si de lo que se trata es de experimentar y os cuadra más otro color con vuestro diseño, probadlo.

Cuando la pintura esté seca, pasamos a las decoraciones o filigranas. Las haremos también con plumilla fina y gouache de otro color. El contraste tradicional es: letra azul, filigrana roja / letra roja, filigrana morada.

Los adornos de este tipo de versales pueden ser de lo más variado y complicado: animales (reales o mitológicos), rostros humanos, flores, hojas... Algunos de los más sencillos  y utilizados son los siguientes:


1- Esta especie de estambres, gusanos o palos de golf (como queráis llamarlos) son muy habituales para rellenar el interior de espacios redondeados, sobre todo formando racimos.
2- Las espirales, simples o combinadas.
3- Los elementos naturales sencillos, como flores y hojas.
4- Los semicírculos, montañitas, nubes... dibujadas en series, con o sin punto en su interior.
5- Las líneas paralelas y zigzagueantes, a veces combinadas entre ellas, sobre todo en detalles pequeños.

Una vez conocemos algunas de las posibles filigranas, es momento de atacar la decoración de la letra. Hay quien prefiere hacer primero un diseño en lápiz. A mí no me gusta, porque acaba viéndose debajo del gouache (será que no calculo la intensidad de la presión), así que acabo improvisando directamente con la plumilla.
Primero rellanamos los espacios interiores si los hay, como en el caso de la P, la B, la O, la Q, la N...  De hecho, casi todas menos la I, la T y la Z.


Continuamos por el exterior de la letra intentando rodearla.



Una vez completado todo el contorno de la versal, es el momento de los latigazos finales. Se trata de lograr trazos expresivos deslizando rápido la plumilla, en los extremos superior e inferior izquierdo. En este caso, al haber dibujado la letra en la esquina de arriba del papel, no tenía mucho margen para hacer los latigazos superiores (comparad con los inferiores).


De todos modos, tenéis como ejemplo la primera imagen de esta entrada, con unas filigranas un poco más decentes que las del tutorial (uff! hoy no es mi día...).

En fin, que esperamos que os haya servido este paso a paso, al menos como inspiración o como estímulo para seguir investigando nuevas letras y nuevas posibilidades. No dejéis de  ampliar vuestros horizontes caligráficos! Nos vemos!



miércoles, 30 de marzo de 2016

Caligrafía con pincel

La caligrafía es un arte que admite muchas herramientas más allá de la plumilla. Hoy vamos a centrarnos en una muy divertida para escribir: el pincel. Sólo necesitáis uno redondo para jugar con tinta, acuarela o gouache y conseguir resultados cargados de color. 


En el mercado hay muchos pinceles y de muchos tamaños, pero de momento sólo vamos a hablar del que utilizaremos para escribir en cursiva o con una letra desenfadada, para una tarjeta o un cartelito como éste.

 

Aquí hemos usado un pincel de acuarela redondo. Lo de menos es la marca (aunque, si tenéis curiosidad, en este caso es una americana que se llama Simply Simmons). Lo más importante es que sea redondo y tupido, no el que se utiliza normalmente en acuarela que se quedan cuatro pelillos al final.

Yo lo que os recomiendo es que no os volváis loc@s comprando tamaños, la anchura del trazo depende de la presión que hagáis. Se pueden conseguir trazos bastante anchos con pinceles pequeños.

 

Para escribir con pincel, seguimos las mismas reglas de siempre de la caligrafía: ascendentes finos y descendentes más gruesos. Jugamos con el ángulo de la herramienta sobre el papel y con la presión. Ya veis que en los descendentes el pincel se "abre", dándonos un trazo más consistente. Si necesitáis un tutorial más detallado, podéis repasar el que hicimos con rotuladores.



Además del pincel redondo clásico, están los rellenables o pinceles de agua (aqua brush). Los puedes usar para untarlos en acuarela o gouache, o ya cargados de tinta como el mío.



Yo éste lo tengo sólo para tinta (me da mucha pereza desmontarlo para limpiarlo). Si no quieres que se manche, llénalo de agua y moja cada pastilla de acuarela (o preparación de gouache) y a escribir.

Es importante guardar los pinceles que se usen para escritura sólo para eso porque sino se nos deformarán. Ah! y otra cosa cualquier marca nos sirve, pero tened claro que los pinceles no escriben solos.... Al principio nosotras creíamos que había pinceles milagrosos, pero necesitan una mano detrás... ;) 
Así que ya sabéis, a practicar!!!

lunes, 25 de enero de 2016

Caligrafía en color: degradados con gouache

¿Escribir en un solo color te resulta un poco aburrido y buscas dar un efecto diferente a tus trabajos de caligrafía? ¡Atrévete a crear degradados con gouache! Os explicamos los pasos.


Ya os hemos contado cómo utilizar gouache como tinta de caligrafía, así que hoy daremos un pasito más. En esta ocasión os vamos a enseñar cómo conseguir un sencillo degradado de dos colores. Utilizaremos rosa y azul.

1- Mezcla. En primer lugar, además de un pincel, y por supuesto, papel y plumilla, necesitaremos preparar las mezclas, con gouache, agua y goma arábiga. En este caso he añadido un poco de blanco al azul para conseguir un tono más claro.

2- Cargar la plumilla. Una vez hemos conseguido que  la mezcla tenga la consistencia adecuada, aplicaremos el primer color, el rosa, en la plumilla con un pincel.  Tendremos que aplicar una cantidad suficiente para que la plumilla quede bien cubierta pero sin que gotee.

3- Cambio de color. Una vez hemos escrito con el rosa, aplicamos en la plumilla con el pincel un poco de gouache azul.


A medida que el azul se va  mezclando con el rosa, vemos que nuestra caligrafía se vuelve de color morado. Seguimos escribiendo y vamos añadiendo azul, hasta que sólo sale azul de la plumilla.

Si volvemos a aplicar rosa, obtendremos de nuevo un cambio de color hacia morado, que acabará en el rosa inicial. Sencillo ¿verdad? También podéis crear degradados con acuarela, siguiendo los mismos pasos.
Y como podéis imaginar, las posibilidades son infinitas,  ya que se pueden mezclar todos los colores que queráis!

lunes, 11 de enero de 2016

Gouache como tinta

Otra opción para añadir color a la caligrafía es el gouache. Podemos usarlo como tinta, en un proceso parecido al de la acuarela, pero un poquito más laborioso. No os preocupéis, que aquí os ofrecemos un pequeño tutorial.


Ahora que todo vuelve a la normalidad tras las fiestas navideñas, retomamos nuestros consejos caligráficos con energías renovadas. Y seguimos con más color. Esta vez os voy a guiar un poco en la mezcla de materiales para conseguir una tinta que es válida en cualquier papel: el gouache. Dicho así suena un poco a chino, pero es muy sencillo. Se trata de la tempera de toda la vida.

Como soy aficionada a la pintura, yo no tuve que invertir nada en materiales, porque ya los tenía. Si no es el caso, os recomiendo un kit de colores básicos como los que se pueden encontrar que plataformas tipo Ebay o Amazon, ya que permiten hacer las mezclas de colores que queráis. También os digo que el turquesa y el magenta de Talens son preciosos, pero en pocos sitios hay botes pequeños (como los de la foto), así que con los tubos que venden en Internet y para empezar a probar es suficiente.


Al lío con nuestro pequeño tutorial! Necesitáis:
- Gouache
- Agua
- Goma arábica (o arábiga), disponible en tiendas de Bellas Artes. 
- Pincel
- Recipiente para la mezcla (en caso que queráis hacer una cierta cantidad para aprovechar más adelante, sinó con una paleta de plástico es suficiente).


1- Echar en el bote como una nuez de gouache.
2- Añadir el agua. Yo uso una jeringuilla para controlar mejor la cantidad, ya que en realidad hay que echar muy poca, como una cucharilla de café. Mezcláis bien con un pincel.
3- Añadir un par de gotas de goma arábica, con el mismo pincel, y volver a mezclar. La función de la goma es de aglutinante y eso te permite usar el gouache sobre cualquier papel.

El resultado tiene que ser líquido pero a la vez denso. La prueba de fuego es cuando lo aplicamos con el pincel a la plumilla. Si al intentar escribir, la tinta de gouache no sale con fluidez, añadiremos un poco más de agua a la mezcla. Si es demasiado líquida, un poco más de gouache.








Los resultados con esta "tinta" a base de gouache son espectaculares.


Como hay papeles en los que la tinta se desparrama o se esparce y te puede estropear todo el trabajo, cuando tengas duda, usa gouache; es apostar a caballo ganador.


Además, si preparamos una cierta cantidad en un tarro hermético, podemos volver a usarla más adelante. Recordad que hay que revolver bien la mezcla de gouache cada vez que la uséis de nuevo, ya que cuando está en reposo la pintura y la goma se quedan en la base del bote y el agua, encima.