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miércoles, 28 de febrero de 2018

Reto Marzo 2018: Micromachismos

A las Amotinadas nos gusta darlo todo siempre pero, ¡ay!, cuando llega marzo nos emocionamos porque ya lo hemos bautizado como el Mes de la Mujer y tenemos reto de caligrafía nuevo... para seguir practicando y reivindicar al mismo tiempo. 


El año pasado por estas fechas recordaréis que nos metimos en un buen lío. Organizamos un reto sobre Las Sin Sombrero y fuimos publicando biografías breves a lo largo de todo el mes. Al mismo tiempo, desde nuestros perfiles de Instagram, estuvimos practicando caligrafía con inspiración Sin Sombrero.

Para esta ocasión os proponemos fijarnos en pequeños detalles, esas expresiones, frases, palabras o gestos de la vida cotidiana que van pasando de generación en generación y que constituyen una forma solapada de violencia de género. Se llaman MICROMACHISMOS y nosotras queremos contribuir a terminar con ellos.


Estupendo... ¿y cuál es el problema? Pues que a veces son tan sutiles e imperceptibles que casi no nos damos cuenta de que están ahí. Los tenemos asimilados desde pequeñ@s y cuando los oímos nos parecen cotidianos y "normales".  

¿Quiénes utilizan micromachismos? Lamentablemente los hemos utilizado casi todos en algún momento, hombres o mujeres, mayores y jóvenes. Y es que muchos de estos comportamientos no suponen malas intenciones o una voluntad de hacer daño conscientemente sino que son hábitos automáticos que simplemente surgen porque los hemos aprendido así.




¿Qué causan los micromachismos en las mujeres? Los micromachismos provocan un sentimiento de incapacidad y derrota, disminuyen la autoestima, generan malestar, limitan el desarrollo personal, el poder y la libertad de la mujer, entre otras muchas cosas. Por estos motivos vemos necesario llamar un poco la atención sobre ellos.

Algunos ejemplos de micromachismos son:

  • El uso sexista del lenguaje (Paco es un zorro, no hay quien le engañe / María es una zorra (sin más).
  • La diferencia salarial. 
  • La conciliación (En una entrevista de trabajo: ¿usted quiere tener hijos?).
  • Juicios por indumentaria (eso no es femenino o qué falda tan corta... ).
  • Actitud paternalista (el hombre protege a la mujer).
  • El papel de la mujer en la publicidad (rosa ella y azul él, catálogos de juguetes donde las niñas juegan con muñecas y los niños con coches...).
  • El papel de la mujer en la sociedad y los medios (las mujeres de éxito son jóvenes, guapas y atractivas... ¿y los hombres?).
  • Uso desigual en las tareas domésticas (mi marido es muy bueno, me "ayuda" mucho en casa o lo hago yo porque él no sabe...).
¿Cómo terminamos con los micromachismos? Nosotras creemos que para eliminarlos es fundamental fomentar la educación basada en la igualdad de géneros pero para ello primero debemos ser conscientes de su existencia y saber reconocerlos. 




Y aquí es donde entra nuestro reto para el mes de marzo. Vamos a tratar de dar visibilidad a este tema mediante la caligrafía, escribiendo micromachismos que se nos vayan ocurriendo a lo largo del mes.
Únete a nosotras en Instagram! Sube tus micromachismos empleando caligrafía o lettering con la técnica que prefieras y añade el hashtag #contramicromachismos y #marzoamotinado2018. Ya si nos etiquetas en tu foto nos venimos arriba.

La unión hace la fuerza, amig@s, ¡Micromachismos temblad porque vamos a por vosotros!.






domingo, 26 de marzo de 2017

Las Sin Sombrero: Remedios Varo.


Remedios Varo es posiblemente la primera pintora surrealista española, pero desgraciadamente poco conocida aquí. Hoy nos inspiramos en el aura que envuelve a sus pinturas, su toque tan personal y único, su magia y su marcado mundo interior. Una Sinsombrero que fue "adoptada" por México.



María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga nació en Anglès, Girona, en 1908. De padre andaluz y madre vasca. Mujer adelantada a su época, con una prodigiosa imaginación, gran conocedora de las matemáticas y la astronomía, amante del esoterismo y la mística. Sus obras revelan el gran sentido del humor que tenía, y el amor por los animales en general y los gatos en particular. Centrada más en el proceso creativo que en la obra final, la mayoría de sus pinturas las regalaba a amigos. Murió muy joven, en pleno éxito, en 1963.
No podemos saber si la obra de Remedios Varo, tan particularmente introspectiva y volcada al interior, hubiera sido diferente de no haber visto su vida zarandeada por las turbulencias sociales que pusieron marco a su juventud: unos años plenos de conflictos, primero en España, enseguida en el resto de Europa. Pero cabe decir que de por sí, se advierte en ella una especial clase de energía en continua transformación, personal  y a la vez permeable y con conciencia de su época.

Varo experimenta el primero de sus grandes viajes a los nueve años cuando su familia se traslada a Madrid, donde en vista de su temprana afición a la pintura, su padre, ingeniero hidráulico y causante de que tan pequeña ya tuviera conocimientos matemáticos, de perspectiva y dibujo, la hace ingresar en la Academia de San Fernando. Ser mujer en esta escuela (fue de las primeras en ingresar allí) y en esta época no es nada fácil. De hecho, pocas mujeres pudieron acabar la carrera. Ella lo hizo, señal de su fuerte personalidad y amor a la pintura. Allí coincidió con Maruja Mallo y Dalí, entre otros. En 1930 ya participa en exposiciones colectivas. Contrae matrimonio con uno de sus compañeros de estudios, Gerardo Lizárraga, y juntos parten hacia París.



En París se venía fraguando desde 1925, en torno a la figura de André Breton, un movimiento artístico surgido de las cenizas del dadaísmo, con nombres como Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard o Max Ernst. Las pinturas de Varo en esa época ya orbitaban en torno a ese nuevo término –surrealismo –, al cual Bretón se empeñaba en dar un sentido marxista no del agrado de todos sus adeptos, y quizá tampoco de Varo, cuya obra tiene una existencia propia al margen de ideologías.
En 1932 la encontramos en Barcelona, donde ejerce junto a su marido el oficio de dibujante de publicidad, hasta la separación de ambos dos años más tarde. Y, de nuevo, de vuelta en Madrid. En 1935 expone allí sus primeras obras reconocidas, Composición, o L’Agent Double, y se involucra de pleno en el movimiento surrealista español.


Los acontecimientos se precipitan: el estallido de la Guerra Civil la deja en el lado de los republicanos, a los que según parece ella presta algún tipo de apoyo; entabla una relación con el poeta Benjamin Péret y con él abandonará España para siempre regresando a París, un lugar lleno de estímulos intelectuales, donde esta vez sí conoce a Breton, Ernst, Miró y Leonora Carrington, quien se convertirá en su gran amiga; pero, de nuevo, es alcanzada por la guerra cuando en junio de 1940 los nazis ocupan la capital francesa.

Su condición de refugiada española de izquierdas y personificación, además, de aquello que el III Reich entendía como «arte degenerado», no presagiaba para ella nada bueno. En efecto Varo es encarcelada por un breve periodo de tiempo, aunque poco se sabe de eso. Ella y Péret solo pueden huir a México con la ayuda de Varian Fry, un periodista estadounidense que dirigió una red de rescate desde la Francia de Vichy.


Hasta su muerte en 1963, ya naturalizada mexicana, ese país ofrecerá a Varo todo lo que España y Europa no habían podido darle: estabilidad, un nuevo amor que será el definitivo, un círculo de amigos artistas autóctonos y exiliados como ella, y la posibilidad de ejercer otros trabajos de ilustración como forma de ganarse la vida.


Allí conoce a artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera, y mantiene su amistad con  Leonora Carrington.  En 1952 se casa con el político austriaco Walter Gruen, con quien permaneció hasta su fallecimiento.

Artísticamente es donde comienza a pintar de manera más metódica, más madura, y es el escenario donde se consuma y cobra fama su obra pictórica, pareja a su exploración en su mundo interior que la llevaría a empaparse de las teorías psicoanalíticas aún en boga y de la tradición alquímica.


Esta fusión de psicoanálisis y alquimia no es fruto del capricho, sino por el contrario algo coherente: Breton y su círculo ya habían fijado su atención en Sigmund Freud, en los sueños y en el inconsciente, así como en los poetas simbolistas Lautréamont y Rimbaud, ambos esencialmente místicos –si bien luciferinos–, volcados, con sus respectivas poesías, en expresar lo inexpresable, y Rimbaud en particular, versado en la cábala.

De los viejos grabados alquímicos Remedios Varo recibe una influencia insólita, al menos para una pintora española del siglo XX, y en general la recibe también del legado de manuscritos iluminados producidos durante la Baja Edad Media, como se aprecia, por poner un ejemplo, en Tránsito espiral, 1962.


Las pinturas de Remedios Varo son obras fantásticas y sorprendentes, de un surrealismo sereno, como realizadas por iluminadores medievales sonámbulos, y pueden ser entendidas como depósitos de símbolos, jeroglíficos en forma de figuras humanas, objetos, espacios y perspectivas que invitan a mirar y a interpretar, siempre con algo de malicia infantil y de tierno juego cómplice. Un testimonio de la propia vida, la que se vive pero también la que se sueña o se ensueña. De ahí que sea una obra contemplativa, y en el fondo, una reelaboración nueva de experiencias, emociones y pensamientos tan viejos como el ser humano.
En el año 2000, Walter Gruen, su viudo, donó la colección de obras de Remedios Varo al Museo de Arte Moderno de México. Tras algunos litigios judiciales con la familia, finalmente se dictaminó que  la nación mexicana es la única y legítima propietaria de su legado artístico. Podéis ver algunas de sus obras en ESTE ENLACE del propio museo o en esta WEB, que recoge su vida y obra.

Recta final ya para nuestro reto caligráfico de marzo. Esperamos que las Sin Sombrero también os estén inspirando. 


domingo, 22 de enero de 2017

Caligrafía de protesta

El pasado 21 de enero se celebró en varios lugares del mundo la Marcha de las Mujeres, a favor de la igualdad y en contra del nuevo presidente de Estados Unidos ¿por qué nos importa? Porque somos mujeres y porque hubo pancartas manuscritas muy amotinadas dignas de ser rememoradas



Los derechos de los inmigrantes, la igualdad para las mujeres, el necesario apoyo al colectivo LGTB o los derechos reproductivos fueron algunos de los motivos más destacables por los que miles de personas salieron a las calles de muchas ciudades del mundo. Las nuevas políticas del ya presidente Trump mantienen a medio mundo en alerta, de Barcelona a Londres pasando por Nueva York, Sidney o Washington, que fue el centro neurálgico de toda esta protesta. 

Es una lástima que en los medios de comunicación solo se destaquen estas noticias por la asistencia de celebrities que apoyan la causa y el propósito en sí se quede tristemente en un segundo plano. Por supuesto que se agradece y se reconoce el apoyo de famosos pero nos gustaría que el mensaje calase más hondo.


Ante las famosas declaraciones del señor Trump sobre lo maravilloso que es ser famoso ("Cuando eres una estrella [las mujeres] te dejan hacer lo que quieras... incluso agarrarlas por el coño") se creó una iniciativa en respuesta: los Pussy Hats o los gorritos rosas que muchos asistentes llevaron a la marcha del sábado. En la página web del proyecto puedes descargarte el patrón para coser un gorrito tú misma. 


A las Amotinadas nos ha encantado esta iniciativa, apoyamos la causa y además nos hemos divertido mucho con los mensajes escritos en las pancartas de muchos participantes, al fin y al cabo estamos aquí para hablar de letras, de caligrafía y de mujeres así que no puede existir una conjunción planetaria más perfecta que esta, ejemplos:



































Estad muy atentos porque ya hemos pensado nuestro próximo reto de Instagram para marzo y tendrá mucho que ver con este post...

¡Se me olvidaba! También estuvo Madonna... 😉



¡Hasta pronto!